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Geología de los cuadrángulos de Tarma, La Oroya y Yauyos. Hojas: 23-l, 24-l, 25-l – [Boletín A 69]
1996
INGEMMET. Boletín, Serie A: Carta Geológica Nacional, n° 69
Los cuadrángulos de Tarma, La Oroya y Yauyos se encuentran ubicados entre las cordilleras Oriental y Occidental de los Andes del Perú Central, caracterizándose por presentar una topografía accidentada, tanto en el flanco occidental de la Cordillera Oriental donde sus altitudes fluctúan entre los 2,000 y 4,500 msnm, así como en el flanco oriental de la Cordillera Occidental donde forman valles profundos cuyas cotas también fluctúan entre los 2,300 y 5,000 msnm. La mayor parte del área de trabajo tiene altitudes que varían entre los 4,000 y los 5,000 msnm, correspondiendo ello a las altiplanicies. La base de la columna estratigráfica está constituída por rocas antiguas (neoproterozoicas), tales como esquistos, rocas orto y paraderivadas, secuencias flischoides fuertemente plegadas y falladas debido a la Tectogénesis Eohercínica. Discordante sobre la secuencia anterior, la secuencia sedimentaria continúa con lutitas, areniscas, conglomerados y algunos horizontes volcánicos de naturaleza explosiva de edad Misissipiana y Permiana, mayormente de ambientes continentales. La inestabilidad de la corteza terrestre ocasionó la invasión marina en el Mesozoico, permitiendo así la acumulación con ligeras discordancias de sedimentos calcáreos durante el Triásico-Jurásico, cambiando luego a una sedimentación clástica y calcárea de edad Aaleniano-Bajociano inferior, interrumpiéndose posteriormente. Después del hiatus sedimentológico que ocurre entre el Jurásico medio a superior se inicia la sedimentación cretácea con una serie detrítica carbonosa y de ambiente continental de edad Valanginiana, seguido por una serie de transgresiones y regresiones que ocurren durante el Cretáceo inferior y superior, llegando hasta el Maestrichtiano, en que termina la sedimentación marina interrumpida por la primera fase tectónica conocida como "Fase Peruana", lo que ocasionó emersión general, erosión y cambios de ambientes de sedimentación que dan lugar a la acumulación de areniscas y conglomerados rojos (Capas Rojas) en cuencas intramontañosas entre el Cretáceo terminal y el Eoceno. Durante el Paleógeno y Neógeno se suceden sucesivas fases de deformación, las que fueron acompañadas de manifestaciones magmáticas emplazándose rocas intrusivas y/o volcánicas en ambientes continentales. Durante el Mioceno-Plioceno se intensificó la actividad volcánica acelerando el relleno de las cuencas para dar lugar a la formación de altas mesetas constituídas sobre rocas volcánicas mayormente explosivas, y en menor proporción efusivas. En el área de trabajo se manifiestan estas fases explosivas y efusivas al SE del cuadrángulo de La Oroya y en mayor amplitud al S y SO del cuadrángulo de Yauyos. Con estas fases explosivas en muchos casos, las cenizas volcánicas son redepositadas en ambientes lagunares (caso de la base de la Formación Sacsaquero). Los depósitos cuaternarios de edad Pleistocena los encontramos en las altiplanicies ocupando amplias áreas, especialmente en la depresión de Junín al NO del cuadrángulo de Tarma, así como en el SO de este mismo cuadrángulo y en la depresión Jauja-Huancayo al NE y E del cuadrángulo de La Oroya. Los depósitos cuaternarios recientes son los más abundantes formando coberturas en capas delgadas a medianas ampliamente difundidas, habiéndose depositado en pequeñas depresiones y valles formando pequeñas terrazas y en otros casos, formando una cobertura delgada ya sea, como abanicos aluviales en las desembocaduras de quebradas de los ríos, así como en los cauces de los ríos. Los depósitos cuaternarios de mayor acumulación son los que están relacionados a los glaciares. Las rocas ígneas plutónicas se encuentran en las márgenes Occidental como Oriental del área estudiada, alineadas con el rumbo andino. Los cuerpos más antiguos corresponden al Neoproterozoico y Paleozoico, se encuentran en la Cordillera Oriental y los más jóvenes emplazados a manera de reducidos puntones se encuentran en las altiplanicies. En el flanco Oeste de la Cordillera Occidental, se tiene cuerpos intrusivos que probablemente estén vinculados a los emplazamientos marginales del batolito. Estos son de mayor extensión que los anteriores. Los yacimientos metálicos en estos cuadrángulos son generalmente polimetálicos, habiéndose registrado aproximadamente unas 160 ocurrencias mineras, siendo ellas mayormente de naturaleza vetiforme o filoneano. Gran parte de éstos están inactivos y son pocos, están trabajándose pero con una producción restringida. Así tenemos las minas Yauricocha, San Valentin y Andaychahua. Los tipos de yacimientos predominantes son los metasomáticos de contacto, teniendo como roca huésped a las calizas de la Formación Jumasha en la Cordillera Occidental; mientras que en la Cordillera Oriental la mineralización se aloja en las calizas y dolomitas del Grupo Pucará. Los yacimientos no metálicos de los cuadrángulos de Tarma, La Oroya, Yauyos (más de 80 ocurrencias) constan de caliza, sílice, arcillas las que actualmente abastecen el consumo local (Cemento Andino en el cuadrángulo de Tarma) y de la capital. Muchos otros recursos como talco, carbonatos (travertinos), mármol, baritina son explotados en forma restringida. En la Cordillera Occidental los depósitos no metálicos lo constituyen los horizontes carbonosos (antracítico) de la Formación Oyón que contienen bolsonadas explotables, que en la mayoría de los casos, son arcillosos y piritosos, explotándose estos horizontes mediante pallaqueo.
Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico - INGEMMET
293 p.

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