Geología de los cuadrángulos de Teniente Pinglo, Santa María de Nieva y Uracusa, Hojas 9-h-I-II, 10-h-I-IV y 10-g-I [Boletín A 141]

Abstract

Los cuadrángulos de Teniente Pinglo (9-h, I, II), Santa María de Nieva (10-h, I-IV) y Uracusa (10-g, I) se encuentran en la parte central de la cuenca Santiago y ocupan la parte oriental de la Zona Subandina y el borde occidental de la Llanura Amazónica. Se reconocen dos unidades geomorfológicas regionales o morfoestructurales: la Zona Subandina, donde se diferencian las cordilleras y valles, y la Llanura Amazónica. Las unidades estratigráficas tienen un rango geocronológico a partir del Jurásico, donde se instala un ambiente continental con depósitos fluviales y eólicos de la Formación Sarayaquillo. Durante el Cretácico inferior y en un ambiente tectónico extensivo, se depositaron areniscas cuarzosas de ambiente fluvial deltaico de la Formación Cushabatay con un paso progresivo a facies de litoral marino, ocurriendo en el Cretácico superior, un cambio de estilo tectónico de extensivo a compresivo. Las primeras inversiones en la cuenca ocurrieron durante la depositación de la Formación Chonta durante el intervalo Albiano superior-Campaniano ligada a la Fase Peruana. En el intervalo Campaniano y Maastritchtiano la compresión continuó, depositándose la Formación Vivian en un ambiente deltaico o de mar somero debido al retroceso del mar cretácico. Durante el Maastritchtiano superior continuó la compresión y se depositaron secuencias de la Formación Cachiyacu, en un ambiente marino somero. Posteriormente, durante el Paleoceno, las condiciones marinas de la cuenca fueron sustituidas por condiciones continentales y se depositaron concordantes, las secuencias detríticas de la Formación Uchpayacu. Durante el Paleoceno-Eoceno la cuenca continuó con una marcada influencia continental y se depositó la Formación Casablanca compuesta por areniscas cuarzosas de color blanco, masivas y con estratificación cruzada que representan eventos fluviales de geometría lenticular. Durante el Eoceno inferior se depositaron concordantes y en un ambiente continental de llanura de inundación, las limolitas rojas y areniscas marrón rojizas de la Formación Yahuarango. Estas condiciones generaron una superficie de erosión regional que evolucionó durante el Eoceno medio y Oligoceno a un ambiente marino somero transgresivo, depositando la Formación Pozo. Sobre esta, siguen en concordancia los depósitos sedimentarios continentales del Oligoceno-Mioceno. Finalmente, la compresión neógena produjo la formación de la Cordillera de Campanquiz y la mayoría de las estructuras presentes en la cuenca. Los análisis por trazas de fisión en el anticlinal de Campanquiz indican un evento de enfriamiento muy rápido durante el Mioceno (10 Ma) relacionado con el levantamiento tectónico de la Cordillera de Campanquiz y, posiblemente, desarrollado durante la deformación Quechua 3. Nuevos datos de trazas dan edades de enfriamiento que varían entre 16 y 12 Ma, lo que indica que el levantamiento se inició en el Mioceno medio con una fuerte reactivación durante el Mioceno superior. Desde el punto de vista económico, la actividad que genera mayores expectativas es larelacionada a los hidrocarburos en las secuencias mesozoicas. En la cuenca Santiago, las principales rocas generadoras son las facies lutáceas y calcáreas ricas en materia orgánica, correspondientes al Grupo Pucará, Formación Chonta y Formación Pozo. Mientras que las rocas reservorios probables serían la Formación Cushabatay y la Formación Vivian. Existen dos principales sistemas de petróleo: Pucará-Cushabatay y Chonta-Vivian; estos sistemas son hipotéticos debido a que aún no existen estudios que comprueben la correlación generación de petróleo-roca almacén. Sin embargo, existen numerosos estudios petrofísicos y geoquímicos que comprueban el potencial independiente de roca generadora y roca reservorio.