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Geología de los cuadrángulos de Mollebamba, Tayabamba, Huaylas, Pomabamba, Carhuaz y Huari (Hojas 17-h, 17-i, 18-h, 18-i, 19-h, 19-i) - [Boletín A 16]
1967
INGEMMET. Boletín, Serie A: Carta Geológica Nacional, n° 16
La geología de los cuadrángulos de Mollebamba, Tayabamba, Huaylas, Pomabamba, Carhuaz y Huari, incluye sectores de las cordilleras Occidental y Central y al valle intermedio del río Marañón. La Cordillera Occidental se divide en esta región en dos ramales denominados Cordillera Blanca y Cordillera Negra, separados por el valle profundo del río Santa. La geomorfología de la región reconoce la superficie Puna (4200 m.s.n.m. en algunos sectores), no reconocida en la cordillera Blanca y Negra. Se supone erosionada debido a que dichas cordilleras se han elevado más que las áreas vecinas durante los movimientos verticales que afectaron a toda la región andina en el Plio-Pleistoceno. En el resto de la región estos movimientos tardíos dieron lugar a que los ríos profundizaran sus valles. El drenaje principal está estrechamente controlado por las estructuras preexistentes y muestra dos fases de desarrollo a las que denominamos etapa valle y etapa cañón. Todas las partes altas de las cordilleras estuvieron sujetas a la glaciación pleistocénica, que alcanzó su desarrollo máximo en la Cordillera Blanca. Los glaciares modernos de dicha cordillera actualmente muestran evidencia de un retroceso pronunciado. En cuanto a la estratigrafía de la región, el Complejo del Marañón (Precambriano - Paleozoico inferior) está cubierto por unidades clásticas del Paleozoico superior (Grupos Ambo y Mitu), las cuales están, a su vez, cubiertas por calizas Triásicas y Liásicas del Grupo Pucará. En el Jurásico tardio y el Cretáceo la región se dividió estructuralmente en la Cuenca Occidental Peruana y el geanticlinal del Marañón. En la cuenca se depositaron las formaciones Chicama, Chimú, Santa, Carhuaz y Farrat (Jurásico superior - Aptiano), compuestas mayormente de clásticos marinos y continentales con un grosor máximo de 4000 m. En contraste, el geanticlinal recibió solamente de 50 a 200 m. de areniscas continentales del grupo Goyllarisquizga (Neocomiano-Aptiano). Entre el Albiano y el Santoniano se depositaron en la cuenca las calizas, margas y lutitas de las formaciones Pariahuanca, Chulec, Pariatambo, Jumasha y Celendín, con un grosor aproximado de 1500 m. mientras sobre el geanticlinal del Marañón, ya sumergido, se acumularon de 300 a 500 m. de sedimentos calcáreos de las formaciones, Jumasha y Celendín. Debido a levantamientos del sector Occidental en el Cretáceo tardio, comenzaron a depositarse areniscas y conglomerados rojos de las formaciones Huaylas y Chota. Después de una etapa de deformación fuerte que afectó a la Cuenca Occidental Peruana y al flanco del geanticlinal del Marañón a fines del Cretáceo y comienzo de Cenozoico, hubo erosión seguida por el volcanismo que dieron los piroclásticos de la Formación Calipuy. Más tarde en el Cenozoico hubo actividad volcánica esporádica que originó las formaciones Lavasén y Yungay. En cuanto a la geología estructural de la región, se han conocido tres provincias tectónicas principales. La provincia de pliegues y sobreescurrimientos y la provincia imbricada ocupan la mitad suroccidental de la región, y son el resultado de una etapa de deformación ocurrida a fines del Cretáceo y comienzo del Cenozoico. La primera está desarrollada en dos sedimentos Jurásicos y Cretáceos que se depositaron en la cuenca Occidental Peruana; mientras la segunda compromete a las unidades cretáceas depositadas sobre el flanco occidental del geanticlinal del Marañón. Se ha comprobado que en la Cordillera Central las fallas representaban antiguas fracturas que trabajaron como fallas normales durante el Paleozoico tardio y parte del Mesozoico, siendo reactivadas como fallas inversas en el Cenozoico temprano. Las rocas intrusivas de la región incluyen un granito gneisificado del Paleozoico inferior y otro intrusivo antiguo que afloran en el valle del Marañón y en la Cordillera Central. En la Cordillera Occidental afloran partes de los Batolitos de la Costa y de la Cordillera Blanca, emplazados en el intervalo Cretáceo tardio - Cenozoico. Los depósitos metálicos se distribuyen a lo largo de tres fajas principales separadas por zonas prácticamente estériles. En la Cordillera Central hay una mineralización de oro, pirita y cuarzo, aunque también hay una asociación de cobre y molibdeno. En la Cordillera Occidental hay dos fajas de mineralización que corresponde a la Cordillera Blanca y a la Cordillera Negra. El batolito de la Cordillera Blanca y sus apófisis, han originado una mineralización de plomo, zinc y plata aunque localmente se encuentra la asociación tungsteno, cobre y molibdeno. La faja de mineralización de la Cordillera Negra, cuya asociación principal es plomo, zinc, plata, cobre, está mayormente relacionada a pequeños intrusivos que podrían formar parte del complejo volcánico de la formación Calipuy. Los yacimientos no metálicos incluyen una variedad de materiales como carbón, yeso, caliza, feldespato, etc.
Servicio de Geología y Minería
95 p.



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