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Geología de los cuadrángulos de San Juan, Acarí y Yauca. Hojas: 31-m, 31-n, 32-n - [Boletín A 30]
1978
INGEMMET. Boletín, Serie A: Carta Geológica Nacional, n° 30
El área del presente estudio cubre un sector de la costa comprendido entre el litoral y el flanco occidental de los Andes, involucrando los departamentos de Ica, Arequipa y Ayacucho. Su relieve es accidentado con cotas que van desde el nivel del mar hasta los 2,300 m.s.n.m. El desarrollo morfo-tectónico alcanzado en el transcurso Terciario-Cuaternario dio lugar a la formación de las siguientes unidades geomorfológicas principales: la Cordillera de la Costa, Peneplanicie Pliocénica, Depresión Preandina, Terrazas marinas San Juan-Yauca, y el Frente andino y Valles transversales. La secuencia estratigráfica incluye unidades rocosas, formadas desde el Precambriano hasta el Reciente, la más antigua es el Complejo Basal de la Costa, constituido por rocas metamórficas, producto de un metamorfismo regional, cubiertas en discordancia angular por tilloides de la Formación Chiquerío y ésta a su vez por la Formación San Juan, asignándoles en conjunto una edad Precambriana. Probablemente a principios del Paleozoico inferior se acumuló la Formación Marcona y en el Ordoviciano se emplazó el Batolito de San Nicolás. La sedimentación Mesozoica se inició con una transgresión que cubrió la región durante el Jurásico superior, habiéndose desarrollado dos facies principales de acumulación: una occidental de margen de cuenca constituida por las Formaciones Río Grande (Caloviano-Oxfordiano), Jahuay (Titoniano) y Yauca (Neocomiano); y otra oriental constituida por el Grupo Yura. En el Aptiano-Albiano inferior se formaron los volcánicos y grauvacas de la Formación Copara. La transgresión del Terciario cubrió la región durante el Mioceno, acompañada por movimientos tafrogénicos, depositando la Formación Pisco. En el Plioceno, la invasión marina se extendió hasta el flanco occidental de los Andes, labrando la Peneplanicie Pliocénica, que fue seguida por una rápida regresión, acumulándose durante este intervalo la Formación Millo y el Volcánico Sencca. Dicha regresión continuó a través del Pleistoceno y el Reciente desarrollándose terrazas marinas, dunas de arena y abanicos aluviales. El desarrollo estructural Mesozoico-Cenozoico estuvo constituido parcialmente por dislocamientos profundos, plegamientos y emplazamientos de masas plutónicas e hipabisales, y ascenso de soluciones mineralizantes. Durante el Jurásico superior se habría desarrollado el Domo de Marcona, probablemente relacionado a la fase tectónica nevadiana. En este período se habría depositado el hierro de Marcona. Durante el Cretáceo medio o superior tuvo lugar la intrusión de grandes masas hipabisales, a lo largo del margen occidental de la Cuenca Andina, localmente conocido como Volcánico Intrusivo Bella Unión, asociado a soluciones de cobre. Con la tectogénesis del Cretáceo tardío o principios del Cenozoico, se produjeron fallamientos de gran magnitud en la orla continental, seguidos por la ascensión de la Andesita Tunga e inicio de la intrusión de las diferentes unidades del Batolito de la Costa, asociadas a la mineralización hierro-cobre y, en parte, oro. Los acontecimientos más saltantes, desde el punto de vista morfotectónico del Cenozoico, son los movimientos gravitacionales del Mioceno al Plioceno y el retiro del mar, desarrollo de terrazas marinas, dunas de arena y disección de éstos por valles transversales durante el Pleistoceno y el Reciente.
Instituto de Geología y Minería
78 p., 2 mapas.

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