Geología de los cuadrángulos de Satipo y Puerto Prado. Hojas: 23-n y 23-ñ. – [Boletín A 86]

Abstract

Los cuadrángulos de Satipo y Puerto Prado abarcan parte de las provincias de Satipo y Chanchamayo del departamento de Junín, y parte de la provincia de Atalaya del departamento de Ucayali. Cubren una extensión de 6,032 km² en un territorio accidentado que se eleva desde los 300 m.s.n.m. hasta más de 5,000 m.s.n.m., en la zona de altas cumbres de la Cordillera Central. El área de interés es drenada por los ríos principales como son Tambo, Perené, Ene y sus numerosos tributarios que conforman sus redes hidrográficas. En la región estudiada se diferencian las siguientes unidades geomorfológicas: Cadena Central; Alta Montaña y Flanco Este; Valles y Cordillera Oriental. La columna estratigráfica con más de 10,000 m de grosor comprende una secuencia de rocas mayormente sedimentarias que en edad van desde el Paleozoico inferior hasta el Cuaternario Reciente. La Formación Contaya constituida por rocas detríticas y marinas epicontinentales sometidas a efectos de la deformación eoherciniana, representa la base de la pila sedimentaria sobre la que reposan en discordancia las metamorfitas del Grupo Excelsior. Integran la columna los sedimentos continentales del Grupo Ambo (Carbonífero inferior) sujetos a denudación, los clásticos con intercalaciones de calizas del Grupo Tarma (Carbonífero superior), las calizas Copacabana (Permiano inferior), que revelan una mayor amplitud de la facies transgresiva que persistió hasta el levantamiento relacionado a la tectónica tardihercínica. Los productos de la denudación del área positiva originaron, durante el Permiano superior, las areniscas y conglomerados del Grupo Mitu. La columna continúa con la secuencia calcárea del Grupo Pucará (Triásico-Jurásico inferior) de facies transgresiva, la Formación Sarayaquillo (Jurásico superior), el Grupo Oriente (Cretáceo inferior) depositado en ambientes marino-litoral y continental, diferenciado en las Formaciones Cushabatay, Raya y Agua Caliente y las calizas transgresivas Chonta (Albiano medio). La sedimentación prosiguió con los clásticos de la Formación Vivian continental, coincidente con el levantamiento de la cuenca que continuó durante el Cretáceo superior, culminando la sedimentación con los clásticos del Grupo Huayabamba (Paleógeno-Neógeno). En el área estudiada se identifican dos macizos plutónicos de dimensiones batolíticas: Granitoides del Paleozoico inferior, representados por granitos, granodioritas con facies anfibolíticas, textura granular gruesa, algunas veces cataclástica presentando bandeamiento y los granitoides del Permo-Triásico (224 MA), de naturaleza alcalina a calco-alcalina bastante potásicos, de composición mayormente granítica, con eventos tardíos cuarzo monzoníticos, granodioríticos, dioríticos y tonalíticos. Intrusiones menores, representadas por productos volcánicos intercalados en las secuencias Mitu y Pucará, señalan actividad volcánica asociada a distensión durante la tectónica Neoherciniana. El área se vió afectada por los movimientos hercinianos, en sus fases eoherciniana y tardiherciniana, complementados por la deformación andina (Fase Quechua III) de fines del Mioceno-Plioceno, generándose en este último evento tectónico los plegamientos, fallamientos y estructuras menores cartografiadas. Se ha individualizado para la zona de estudio tres zonas estructurales, el Macizo plutónico, la Faja plegada y el Macizo estructural del Tambo. No existe actividad minera en el área. La explotación de minerales no metálicos se restringe a una cantera de mármol trabajada artesanalmente.